Autor: Equipo Técnico Desab

Alcanzar los máximos rendimientos potenciales de un lote supone, no sólo la elección correcta del híbrido y fechas de siembra, sino armar una estrategia de fertilización balanceada y equilibrada para dicha situación.

Siempre es recomendable el análisis de suelo previo. Diagnosticar y conocer las limitantes nutricionales del lote es el punto de partida antes de tomar cualquier decisión de fertilización.

En los suelos agrícolas de la región pampeana, los niveles de Zn están en detrimento. Es por eso que, en la actualidad, complementar con este micronutriente es fundamental para balancear correctamente la nutrición del cultivo de Maíz.

En muchas situaciones de planteos de alta productividad, con altos niveles de fertilización fosforada y nitrogenada, es necesario incluir otros nutrientes como Azufre o Zinc para no limitar la producción. Las deficiencias subclínicas (sin presentar síntomas) de algún elemento provocan pérdidas de rendimientos, que pocas veces se las atribuimos a la nutrición.

La dosis elevada de fertilizante fosfatado en la línea de siembra suele presentar antagonismo a nivel de superficie radicular, provocando deficiencias de zn aún cuando los umbrales del nutriente están por encima de los umbrales de respuesta a la fertilización.

El cultivo de Maíz, es uno de los cultivos extensivos más susceptibles a la falta de Zn, observándose estas deficiencias como bandeados cloróticos entre las nervaduras. El ser poco móvil en la planta, los primeros síntomas suelen observarse en las hojas más jóvenes. Las siembras tempranas, con suelos fríos, suelen limitar la disponibilidad de este elemento para la planta de Maíz.

Si bien el zn es requerido en muy bajas cantidades, presenta funciones importantes dentro de la planta para su crecimiento y desarrollo. Este elemento está presente en muchas de las reacciones enzimáticas, la fotosíntesis, la transcripción del ADN y la actividad de auxinas. Suelos con niveles de Zn por debajo de los 0,9 ppm, responden a la fertilización con este micronutriente y, por ende, es fundamental su incorporación con alguna fuente externa.

En la actualidad, existen numerosas maneras de aplicaciones de Zinc, pudiendo incorporarse a través de fertilizantes en mezclas físicas, fertilizantes en mezclas químicas, tratamientos de semilla, fertilizantes foliares, entre otros. La elección de una fuente u otra dependerá de cada situación en particular, adaptando lo más conveniente a cada sistema de producción.

Desab ofrece PROCOTE como una forma de aplicar micronutrientes al cultivo.

PROCOTE es una tecnología de formulación en base oleosa desarrollada por Yara, que permite generar recubrimientos con micronutrientes en fertilizantes granulados.